Hay algunas parejas que me dicen que no quieren preboda, que no les gustan las fotos, que no quieren posar. Y les entiendo perfectamente, es difícil ponerse delante de una cámara, pero más difícil aún es hacerlo por primera vez el día de tu boda.

La preboda ayuda a soltar los nervios, a conectar con tu pareja de otra forma y con tu fotógrafo por primera vez.

Una sesión de fotografía puede ser una experiencia transformadora a nivel personal, ya que no ves tu reflejo en el espejo, si no el reflejo de cómo te ve otra persona desde fuera, mientras disfrutas con tu pareja, uno de los momentos en los que más brillas.

Ver el resultado antes de la boda te dará muchísima confianza y seguridad, tanto en ti mismo/a como en ti fotógrafo/a. ¡Y además puedes sorprender a tus invitados usando las fotos como recordatorio o para decorar el lugar de celebración!

En el caso del elopement de mis amigos Edu y Loic teníamos ya mucha confianza, y Edu además de fotógrafo es modelo, sin embargo Loic nunca se había puesto delante de una cámara.

A Loic le encanta la naturaleza y nos centramos en eso, y en esa parte divertida de los dos que son un par de loquillos. Al final fue una experiencia preciosa en el desierto, entre cactus, con el sonido de los pájaros y una luna que brillaba para nosotros en el cielo.

Si quieres saber más sobre cómo es una sesión de preboda, porqué hacerla, y cómo prepararte para tu preboda, pásate por este post.

Otro día os contaré mis lugares favoritos para prebodas en Granada, Málaga y La Costa tropical.

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